Francis D. K. Ching [1] caracteriza una chimenea como "una estructura vertical incombustible, que contiene un conducto a través del cual el humo y los gases de un fuego u horno se empujan hacia afuera y a través del cual se crea una corriente de aire". Si bien sus conductos pueden estar ocultos en paredes u otras estructuras, la parte superior de la chimenea suele quedar a la vista, con el fin de llevar los gases de adentro hacia afuera, sin ensuciar el ambiente ni perjudicar la salud de los ocupantes. Al ser elementos verticales, existen chimeneas que se convierten en grandes hitos del paisaje urbano, especialmente en proyectos industriales. A la hora de dibujar es fundamental decidir el "peso" que tendrá la chimenea en el proyecto. En Casa Milá, por ejemplo, Gaudí corona el edificio con formas sinuosas y curvas con chimeneas escultóricas. Hay casos en los que la sobriedad del edificio se refleja en su chimenea y otros donde el elemento vertical busca estar lo más oculto posible. Recientemente, también, muchas chimeneas han sido renovadas para nuevos usos o nuevas tecnologías más limpias. Ya sea en un papel destacado, integrado o escondido en el edificio, revisa a continuación algunos consejos de diseño y posibilidades de uso.
Construir una chimenea eficiente no es tan sencillo. Además de estar bien dimensionada para drenar correctamente todo el humo, hay que tener en cuenta el contexto, como el viento predominante, los edificios cercanos o las barreras vegetales. En teoría, la operación es incluso sencilla. Como los gases de combustión dentro de las chimeneas son mucho más calientes que el aire exterior, también son mucho menos densos. Esto crea una diferencia de presión dentro de la chimenea, donde la parte inferior es más baja y la parte superior más alta, formando un flujo natural de aire. Si una chimenea es demasiado larga, es posible que los gases se enfríen antes de llegar a la cima y eventualmente regresen a la fuente. Por estas y otras razones, diseñar chimeneas requiere una mezcla de conocimientos técnicos y empíricos, y siempre es prudente consultar a alguien con experiencia en este tipo de proyectos o trabajos.
En general, se recomienda que la parte superior de la chimenea debe estar al menos 50 centímetros más alta que el techo. Existen leyes locales que determinan alturas mínimas para que el humo no moleste a los vecinos. Mientas menos curvas tenga la chimenea hasta la parte superior, menor será la posibilidad de problemas y, en general, la chimenea debe ser de 1/10 a 1/12 del tamaño de su abertura inferior. Además, la concentración de suciedad en la chimenea puede interferir en gran medida con su funcionamiento, por lo que es fundamental un mantenimiento periódico.
Las posibilidades de diseño son muchas. Las grandes chimeneas industriales siguen atrayendo la atención como hitos y puntos de referencia urbanos. En el proyecto Campus De La Comunicació Poblenou, de RQP Arquitectura, se ha conservado la estructura de la plaza central y próximamente volverá a funcionar en asociación con la central eléctrica vecina. La enorme chimenea del Museo Tate Modern, en Londres, es una de las características más llamativas del río Támesis. En el proyecto de una panadería en Pozoamargo, en la parte superior de la cubierta se erige una gran chimenea, elemento singular que nos recuerda el carácter industrial del edificio. En el interior, la chimenea se convierte en un "pozo de luz" sobre el horno de leña. En la Casa F de ARCH 4, la chimenea se destaca como un elemento vertical prominente, utilizando el mismo material que la cimentación del edificio. Y en el proyecto Three Chimney House de TW Ryan Architecture, las tres estructuras rompen la horizontalidad del diseño. En el proyecto japonés de Nadamoto Yukiko Architects, por su parte, el lenguaje sobrio de la casa es respetado por una chimenea muy sensible a los revestimientos y formas elegidos en el proyecto.
Respondiendo a las preocupaciones sobre la contaminación y la seguridad, debido a la posibilidad de intoxicación por monóxido de carbono, existen muchas localidades que han prohibido las chimeneas a leña. Además, con la desindustrialización de muchos países y la obsolescencia de la mayoría de las chimeneas industriales, muchas permanecen como grandes monumentos inactivos o se reutilizan para nuevos usos. Las estructuras pueden permanecer intactas, conservarse o incluso servir para manifestaciones artísticas u otros usos.
Pero a menor escala, la doméstica, el fuego sigue fascinando al ser humano. Si bien las chimeneas a leña han sido prohibidas en algunos lugares, las chimeneas de gas, bioetanol y pellet han ganado mucho espacio, reduciendo el humo y, en consecuencia, gran parte de la contaminación causada. Una alternativa muy utilizada es el pellet, que consiste en pequeños cilindros de aserrín seco. Las opciones de bioetanol no emiten humo, eliminando el uso de chimeneas. Hay chimeneas eléctricas, que no producen suciedad ni olores, pero consumen una gran cantidad de energía eléctrica. En las chimeneas a gas, la llama se genera como una estufa y el calor se propaga al ambiente calentando las piedras volcánicas ubicadas en la base.
Evidentemente, al trabajar con fuego, todos los cuidados son pocos. Ya sea de un horno, un asadero, una chimenea o un horno industrial, es vital que se respeten todas las normativas y que las chimeneas se consideren desde la etapa de diseño, para que no se conviertan en un desagradable anexo al edificio construido.
Revisa, en esta carpeta, una serie de posibilidades en el uso de las chimeneas en arquitectura.